Hoy escribo a los disfrazados que conocí alguna vez y que me tiraron bombas de agua en cada beso.
A los bufones del amor y farsantes de la amistad, vendidos al precio de la necesidad a cara cubierta.
A los bailarines sin argumento, que treparon frenéticamente por mis sueños como si en ello les fuera la vida pero que se quedaron petrificados en el escenario de las emociones.
A los murgueros que desaparecieron sin canción de retirada.
A los que me dijeron "te quiero" en do mayor y después se arrepintieron y cambiaron de escala.
A los amigos disfrazados de tales, cuyo disfraz pudo haberles quedado demasiado holgado y cuando sopló el viento de la Verdad se fueron corriendo.
De estos mascaritas también me acuerdo y les debo mi sabiduría casera y quizá los mejores versos. A estos mascaritas no quisiera encontrarlos porque en mi carnaval presente no tienen aplausos.
Gracias a tantos caretas es que no busco fantasías en realidades terrenas y me armé de una escoba para hacer volar mis versos. A ellos "gracias" pues mi hoy tiene más colores que nunca, porque lo pinta el amor presente que sólo se disfraza para Ser, para Estar, para hacerme la mujer más feliz de mi presente carnaval.
Gracias a tantos caretas es que no busco fantasías en realidades terrenas y me armé de una escoba para hacer volar mis versos. A ellos "gracias" pues mi hoy tiene más colores que nunca, porque lo pinta el amor presente que sólo se disfraza para Ser, para Estar, para hacerme la mujer más feliz de mi presente carnaval.