(Para Luis..)
Como un ángel roto intentaba reconstruir los trozos de su vida que aún seguían esparcidos por el suelo. El frío de la noche cada vez era más intenso, el ruido de los coches no cesaba y aún se escuchaban gemidos de sexo de despedida en el piso inferior.
Se tocaba queriendo llegar a sentir ese amor, quería que
su piel simulara el tacto de un libro virgen, pero nunca conseguía llegar a
leer a Neruda entre los poros de su propia piel, siempre se quedaba a la altura
de algún dramaturgo con ganas de triunfar.
Su respiración se acrecentaba al mismo ritmo en el que sus
gélidos dedos bailaban por sus clavículas al compás de un Vals.
Y atrás, seguía brillando la noche y esa oscuridad tan evidente
que cada segundo, extrañaba más al amanecer.
Tal vez te recuerde ahora que no puedo más, ahora que ni las
palabras lo pueden arreglar...
...pero te recuerdo