Los pequeños detalles marcan las diferencias. Esos pequeños gestos que separan a un amiga de una mejor amiga o a un amigo de algo más que eso.
Una caricia en el momento adecuado, una mirada que exprese más que cualquier palabra o simplemente saber estar callado al lado de alguien.
Esas cositas tan pequeñas, pero a la vez tan grandes. El problema es que ya nadie sabe apreciarlas. No valoramos las pequeñas cosas que dan sentido a nuestra vida, solo sabemos echarlas de menos cuando ya no tenemos oportunidad de recuperarlas.